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Fundado en 2006, el Laboratorio de Genética Forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (LGF-EAAF) es único en su tipo en Argentina.
Está altamente especializado en aplicar las metodologías genéticas para la identificación de desaparecidos, especialmente para procesar muestras óseas altamente degradadas (por altas temperatura y otras circunstancias) y de larga data.
Desde la extracción de ADN hasta la obtención del perfil genético emplea tecnología de última generación de la Biología Molecular, tanto para el procesamiento de muestras de referencia (de familiares que buscan identificar a un desaparecido) como de muestras humanas no identificadas.
Cuenta con más de 200 metros cuadrados y un staff de 8 bioquímicos dirigidos por el Doctor en Ciencias Químicas Carlos Vullo. Sus integrantes publicaron más de 50 artículos científicos sobre Genética Forense. El trabajo del laboratorio es de referencia a nivel global en materia de Genética Forense.
El laboratorio se encuentra acreditado de acuerdo con la reconocida norma internacional ISO / IEC 17025 para la determinación de perfiles genéticos en muestras de origen humano y su comparación, para el análisis de match directo o re asociación interesqueletal y de parentesco biológico (Laboratorio de ensayo acreditado por el OAA con acreditación Nº LE 281. Ver alcance acreditado en www.oaa.org.ar).
Realiza análisis de hasta 40 marcadores genéticos del ADN nuclear que confieren un alto poder de discriminación. Asimismo, analiza ADN mitocondrial que, por su característica, es de gran utilidad en muestras altamente degradadas.
Estos marcadores son utilizados por los laboratorios de genética forense del mundo de primer nivel y permiten la comparación de los resultados obtenidos con los otros centros científicos.
El Laboratorio de Genética Forense del EAAF trabaja con un software de comparación masiva poderoso, que permite comparar una gran cantidad de perfiles genéticos de familiares reclamantes con perfiles genéticos de restos óseos dubitados con el objetivo de lograr la identificación de los mismos.
Desde 2006 se han procesado más de 3.500 muestras óseas de posibles desaparecidos y más de 11.000 muestras de referencia de familiares de personas desaparecidas.
Las muestras de referencia se obtienen generalmente con una muestra de sangre o saliva proveniente de familiares de la persona desaparecida.
En caso de que no existan familiares vivos, se realiza la exhumación de algún familiar de la persona desaparecida para obtener el ADN de referencia de una muestra ósea.
El ADN de los cuerpos recuperados se obtiene de muestras óseas o piezas dentales.
Mas de 800 víctimas de desaparición forzada en Argentina entre 1974 y 1983 fueron identificadas mediante genética, considerando una identificación positiva si se alcanza un 99,99% de grado de certeza.
América: Argentina, Bolivia, El Salvador, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay.
África: Angola, Nigeria, República Centro Africana, Sudáfrica, Tchad, Uganda, Zimbabwe.
Europa: España.
Asia: Vietnam, Timor Leste.
Oceanía: Australia, Islas Solomon.
Asimismo, cabe aclarar que, el EAAF también utiliza otros laboratorios para el procesamiento de muestras y generación de datos genéticos. Por primera vez, se mandaron muestras óseas a The Bode Technology Group Inc, Virginia, EE.UU, para su procesamiento y comparación masiva, en la investigación sobre crímenes a mujeres en Ciudad Juárez (México) y, a partir de 2008, se enviaron 600 muestras óseas y 2800 muestras de sangre de familiares de desaparecidos de Argentina.
Desde ese momento, se sigue trabajando con BODE, enviándole muestras sanguíneas y óseas de cuerpos recuperados por el EAAF en los diferentes países donde trabaja (Argentina, México, Sudáfrica, Zimbawe, etc). Especialmente se envían muestras que no están muy comprometidas o degradadas, eligiendo para estos casos más complejos el laboratorio genético del EAAF. En algunos casos de restos muy críticos, también se trabaja con el laboratorio forense de la Universidad de Innsbruck. Por ejemplo, el EAAF ha enviado allí muestras altamente degradadas de la investigación de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, México.
A fines de la década de 1980 el EAAF contó con la posibilidad de extraer material genético de muestras de huesos. A través del Dr. Cristian Orrego, un genetista chileno que trabajaba en los Estados Unidos, el EAAF se contactó con la doctora Marie Claire King, que por entonces trabajaba en un laboratorio de genética de la Universidad de California, en Berkeley. En el año 1991, Claire comenzó a procesar huesos bajo la modalidad pro bono para el Equipo, trabajando en casos de desaparecidos de la Argentina. Al mismo tiempo, el EAAF se puso en contacto con la doctora Erika Hagelberg, de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, quien también comenzó a colaborar pro bono en casos argentinos. En 1991, el Equipo obtuvo sus primeras tres identificaciones positivas de personas desaparecidas a partir de análisis genéticos constituyendo una aplicación muy temprana de la genética forense en la identificación de restos óseos humanos.
La Dr. Michelle Harvey, que anteriormente también había ayudado en las investigaciones de casos ocurridos en Etiopía y Haití junto con la doctora King, luego se trasladó a la Universidad de Toronto, desde donde colaboró desde el Centro de Genómica Aplicada (Center for Applied Genomics) del Hospital for Sick Children de Toronto en los análisis genéticos de restos de víctimas de la Argentina.
En los casos mencionados, el Equipo había utilizado las técnicas de los análisis genéticos en misiones por fuera de Argentina. Cabe señalar también que laboratorios extranjeros donaron generosamente los análisis realizados para estos casos. En 1995, el EAAF trabajó conjuntamente con las doctoras King y Harvey, de la División de Genética Médica de la Universidad de Washington, en identificaciones de casos de Etiopía. Ambas colaboraron con las investigaciones forenses que el EAAF realizó sobre los entierros clandestinos durante el régimen del Dergue en Kotebe, un suburbio de Addis Abeba.
También, desde 1997 hasta el año 2000, varios genetistas colaboraron con el Equipo en la misión desarrollada en Haití. Entre ellos, cabe destacar también a las doctoras King y Harvey, así como a la Dra. Marcia Eisenberg, directora de la División de Análisis Forenses de Identidad del Centro Molecular de Biología y Patología de LabCorp.
En 1999, Ana Toft, una bióloga argentina, comenzó a investigar en la Universidad de Durham, Reino Unido, con el doctor Charles Shaw. Toft y Shaw también colaboraron con el EAAF en la realización de análisis genéticos de casos de desaparecidos en la Argentina.
Mientras tanto, el EAAF intentaba infructuosamente procesar muestras utilizando para ello laboratorios de análisis genéticos en la Argentina. En 2002, un laboratorio de análisis genético privado de la Argentina, LIDMO SRL, logró extraer perfiles genéticos a partir de restos óseos y de muestras de sangre para el EAAF. El trabajo conjunto con LIDMO generó una alianza sólida en materia de análisis genéticos. La colaboración permitió identificar a 80 personas desaparecidas en la Argentina.
Sin embargo, por falta de suficiente asistencia técnica y financiera, la capacidad de procesar muestras -ya fuera para casos de Argentina o del exterior- se restringió a aquellos pocos casos en los que el EAAF tenía una fuerte hipótesis sobre la identidad de los restos recuperados y necesitaba la confirmación genética. En estos casos, los análisis de ADN fueron donados o el Equipo consiguió financiamiento. En la Argentina, para llegar a una hipótesis concluyente era necesario hacer una exhaustiva reconstrucción histórica, que en muchos casos demandó años de investigación, entrevistas con sobrevivientes de centros clandestinos de detención, testimonios de activistas sociales, militantes políticos y ex integrantes de movimientos guerrilleros. También necesitó evidencia documental, como registros de cementerios, actas de defunción, licencias de inhumación, archivos policiales y militares así como notas periodísticas, entre otras fuentes. En los casos de las misiones del EAAF en el exterior, esta tarea es compartida con ONG locales, fiscalías y/u organismos de investigación.
Se necesitaba contar con una alternativa para llevar los análisis genéticos a una instancia más amplia, que abarcara más casos por año. Más aún, el EAAF estaba buscando la manera de comparar información genética obtenida de gran cantidad de restos sospechados de pertenecer a desaparecidos con información genética de gran cantidad de familiares de desaparecidos.
Genética y la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas (ILID)
Dos catástrofes ocurridas en el mundo hicieron posible la concreción de los análisis genéticos a gran escala. A fines de la Guerra de los Balcanes, la comunidad internacional decidió crear un centro intergubernamental forense en Sarajevo (Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas, ICMP, fundada en 1996) con el mandato de identificar a los cientos de miles de víctimas del conflicto que abarcó a Bosnia, Croacia, Kosovo y Serbia. La inmensa cantidad de restos aparecidos tras el conflicto constituía un serio obstáculo que atentaba contra la tarea de identificación. El ataque del 11 de septiembre de 2001 al World Trade Center presentó otro desafío gigantesco en materia de identificación de víctimas. El número de víctimas (2.749 personas) no era tan alto como el registrado en los Balcanes o en otros conflictos, pero el nivel de fragmentación de los restos —por explosión, incendio, aplastamientos y/o exposición prolongada a altísimas temperaturas, entre otros traumas post- y peri-mortem— elevó la cifra por encima de los 20.000 restos óseos que necesitaban ser reasociados e identificados.
Tras estas dos catástrofes, el acceso a más financiamiento, recursos humanos y tecnología permitió un gran avance en materia de tecnología genética que favoreció el trabajo en genética de la ILID: 1) menor tiempo de procesamiento y menor costo por muestra; 2) mejores posibilidades de extraer ADN de muestras óseas muy degradadas o fragmentadas; y 3) nuevos programas de computación que permiten comparar miles de perfiles genéticos obtenidos a partir de muestras de víctimas con miles de perfiles genéticos de familiares de las víctimas.
Uno de los objetivos de la ILID fue poder montar un laboratorio de análisis genético del EAAF en la Argentina, lo que exigió la compra de equipamiento y el entrenamiento del personal del nuevo laboratorio. El EAAF aspiraba a que el laboratorio pudiera comenzar a procesar varios cientos de muestras por año de restos de víctimas de violaciones a los derechos humanos de la Argentina, así como de otros países para los cuales trabaja el Equipo. De esta manera, se hizo realidad la aspiración de tener un laboratorio genético propio, independiente, sin fines de lucro y con tecnología de punta al servicio de investigaciones en casos de violaciones a los derechos humanos y otras causas humanitarias.